Libro de Alexandre

El volumen incluye, junto a la edición anotada del texto y un amplio aparato crítico, estudios de Juan Casas Rigall que abordan cuestiones sobre el autor y la fecha de composición de la obra, su género y fuentes, sus rasgos lingüísticos y su transmisión textual.

En las primeras décadas del siglo XIII, un clérigo hispano de sólida formación decide emular a los autores de quienes ha bebido para componer un ambicioso poema narrativo sobre Alejandro de Macedonia.

El ámbito de creación del Libro de Alexandre nos resulta desconocido. Aunque de entrada parezca inscrito en las esferas monacal y catedralicia, por el enfoque religioso-moral; o escolar, por su contenido enciclopédico, los formantes característicos del espejo de príncipes lo insertan potencialmente en un dominio laico y señorial, por lo que, por caso, una cancillería regia pudo haber aportado el entorno intelectual.

En cambio, conocemos bien las fuentes del poema y el método de trabajo del autor, quien complementa la Alexandreis y la Ilias Latina con obras de semejante tenor y otros asuntos, que hace suyos con el romance, el tetrástico, el alejandrino y un proceso de cristianización, moralización y medievalización. Su técnica literaria tiene referentes asimismo identificables en la tradición, y se constituye en patrón para poetas posteriores. Análogamente, el sentido de la obra, aun complejo, carece de ambigüedades y, a través del caso de Alejandro, conduce al contemptus mundi. En el epílogo, un padre nuestro es la única recompensa que el poeta solicita tras su denuedo intelectual y literario, consciente de merecer otro premio: la fama, que, si no su nombre, la obra pronto alcanzó.